MASAJES Y DRENAJES POSTOPERATORIOS
El drenaje postoperatorio es un tratamiento que se usa para poder extraer los fluidos, como la sangre, de la parte del cuerpo del paciente que ha sido intervenida. ¿Para qué sirve? Principalmente para evitar la presión que pueda ejercer la acumulación de estos líquidos sobre la zona operada. El drenaje postquirúrgico consigue que el proceso de cicatrización se lleve a cabo de manera correcta y no se ralentice. Existen diferentes tipos de drenaje linfático corporal y facial, dependiendo del tipo de procedimiento quirúrgico.
¿Qué es el masaje drenante postoperatorio?
Existen muchas dudas acerca del drenaje postoperatorio, sobre cómo se usan y en qué momentos se deben practicar. De manera general, el drenaje linfático en postoperatorio es importante tras cirugías como la liposucción, blefaroplastia o la abdominoplastia, entre otras. El objetivo es eliminar los líquidos que se acumulan en el organismo tras una intervención. Así se consigue mejorar la circulación sanguínea y la piel, lo que hace que el proceso de cicatrización sea más sencillo, rápido y seguro.
Es importante ser consciente del papel del drenaje postoperatorio para alcanzar los mejores resultados tras una cirugía estética. Por ejemplo, con el masaje linfático postoperatorio se favorece el funcionamiento correcto del sistema linfático, lo que reduce edemas y moretones. Este procedimiento no es un masaje al uso: se trata de estimular la evacuación de líquidos para, como hemos dicho, ayudar en el proceso de cicatrización, pero, además, sirve para evitar molestias como dolores, endurecimientos permanentes en la piel o aparición de edemas.
¿Después de que operaciones se recomienda el drenaje postoperatorio?
Es el especialista quien recomendará las pautas a seguir tras una cirugía, pero como recomendación, el drenaje linfático post cirugía estética es conveniente, especialmente, tras liposucciones, abdominoplastias, cirugía mamaria, blefaroplastias, liftings faciales,rinoplastias u otros procedimientos en los que el drenaje mejore los resultados. Vamos a ver algunas de las aplicaciones prácticas para estos casos.
- El drenaje linfático tras la liposucción es muy valioso ya que este procedimiento produce inflamaciones en el área intervenida. Mediante masajes, se consigue reducir la inflamación, eliminar la acumulación de grasa y células muertas que hayan quedado debajo de la piel.
- El drenaje linfático facial postoperatorio forma parte del proceso de recuperación de liftings, rinoplastias, blefaroplastias u operaciones de parpados caidos . Se debe a la complejidad de los vasos linfáticos en la zona, por lo que los masajes ayudarán a activar los canales y ganglios linfáticos de la cara para mejorar la curación y la inflamación.
Drenaje postoperatorio, también tras una abdominoplastia o cirugía mamaria
- En el caso del drenaje linfático abdominal postoperatorio, al igual que ocurre tras una liposucción, ayuda a eliminar los restos de medicamentos y la anestesia usados durante la intervención. Estos masajes después de una abdominoplastia también favorecen la regeneración de los capilares y vasos linfáticos y logran disminuir el proceso postoperatorio.
- El drenaje linfático post operatorio de mamas contribuye a eliminar los líquidos que se congregan alrededor de los tejidos de la mama tras la cirugía. De ahí que los masajes linfáticos sean de utilidad para acelerar la circulación linfática y lograr que se absorban esos fluidos.
Lo habitual en todos estos casos es comenzar con los masajes drenantes tras los dos o tres días de la intervención, aunque siempre debes atender a las recomendaciones de tu especialista y deben ser practicados por profesionales. La duración de cada sesión también dependerá de la zona a tratar.
¿Por qué utilizar drenaje linfático postoperatorio?
El drenaje linfático post-quirúrgico está indicado para aliviar el dolor, eliminación de hematomas, reducción de fibrosis y acelerar el proceso de cicatrización y recuperación. La técnica se considera indispensable en los casos de abdominoplastia, liposucción, mamoplastia, hidro liposucción, blefaroplastia, rinoplastia, ritidoplastia, mastectomía total o parcial y cirugías de implantación de prótesis de silicona.
Tras cualquier tipo de cirugía, el drenaje linfático post-quirúrgico está indicado para lograr los siguientes objetivos:
- Disminuir el dolor y la inflamación
- Eliminar los restos de medicación, anestesia y suero utilizados durante la intervención.
- Favorecer la regeneración de los capilares y vasos linfáticos dañados tras la intervención.
- Disminuir las molestias y proporcionar bienestar tras la intervención.
- Disminuir la duración del periodo postoperatorio.
- Acelerar la reabsorción de edema y equimosis.
- Mejorar el estado de la piel y favorecer la retracción de la misma.
- Evitar adherencias en la cicatriz. La fibrosis se produce debido al ataque de bacterias que reaccionan en el momento de la cicatrización de la incisión quirúrgica, provocando infecciones e imperfecciones en la piel. El sistema linfático se encarga de favorecer que los glóbulos blancos de la sangre puedan reaccionar de manera más eficiente y rápida sobre las bacterias que causan las infecciones en incisiones quirúrgicas y perjudiquen su cicatrización.
- Evitar el enrojecimiento y enquistamiento de la cicatriz que puede producir una retracción permanente de la piel.
- Acelerar la recuperación de los tejidos y de la sensibilidad en la piel.
- Acelerar la reabsorción de zonas fibrosas por estimulación de macrófagos.
Cuidados durante la sesión de drenaje postoperatorio
El drenaje linfático después de la operación se debe aplicar en todo el cuerpo, de manera que se estimule la circulación linfática general. El drenaje es uno de los recursos más recomendados para acelerar el proceso de recuperación y hacerlo más cómodo para el paciente, ya que estimula el flujo del líquido linfático a través de los conductos que han sido lesionados transitoriamente por el traumatismo quirúrgico.
El drenaje linfático no es un masaje profundo, sino que se caracteriza por la realización de movimientos suaves y ligeros. Las sesiones pueden comenzar pocos días después de la intervención, tan pronto como lo recomiende o permita el equipo médico. En general, las sesiones durarán 30-40 minutos. Aunque no es necesario realizar sesiones diarias, es muy recomendable recibirlas en días alternos durante una semana, de modo que se apliquen al menos 3 o 4 masajes durante el postoperatorio. Sin embargo, en algunos casos puede ser necesaria la realización de más sesiones o espaciarse más en el tiempo. Esto debe determinarlo el personal médico.
Por otra parte, los profesionales que aplican la técnica deben tener cuidado en la zona operada, los movimientos deben ser más delicados, con el cuidado necesario y el objetivo de disminuir la inflamación y, por lo tanto, el dolor causado.
Es importante formarse para conocer las particularidades del drenaje linfático post-quirúrgico, y conocer las contraindicaciones específicas y minimizar complicaciones. El drenaje linfático es una terapia manual que trabaja el sistema linfático, estimulando y acelerando el movimiento de la linfa hasta los ganglios linfáticos.
El drenaje linfático está indicado principalmente para reducir la hinchazón y la acumulación de líquido en las regiones de las nalgas y los muslos, estando en muchos casos indicado para pacientes en estado postoperatorio.